"Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas"

24 de agosto de 2011

Insomniorelato


Mi boca sabía a Smint, posiblemente mezclado con el fuerte olor del alcohol, pero eso era algo de lo que yo no me daba apenas cuenta. Las noches se vuelven confusas cuando ingiero cierta cantidad de ciertas bebidas, y aquella, por supuesto, no fue una excepción.
Sí lo fue por cómo se iba desarrollando. Allí estaba ella, eso era evidente. Su voz invadía mis oídos, atravesaba mi mente y acababa conservada en algún rincón de mi alma. No era para menos, porque ella era, claramente, la voz de la razón. Y yo me había propuesto volverla loca.
Fue entonces cuando mi lengua dejó ver un Smint nuevo. Sin smint, no hay beso; pero con Smint lo hubo. Y no fue sólo uno.
Mientras las luces y el ruido que fingía ser música llenaban la discoteca (ayudados, por supuesto, de la gran cantidad de gente que se congregaba), mi cabeza, mareada y sin pensamientos inteligentes, sólo podía pensar en ella. Porque ella seguía allí. Y parecía tener ganas de saciar su sed no sólo con alcohol, sino con mi boca.
He de admitir que beso realmente bien, por eso no quiso despegarse de mí en toda la noche. La gente a nuestro alrededor vitoreaba, nuestros amigos nos miraban de forma extraña. ¿Qué tenía de malo dos chicas besándose? No me importaba nada, sólo su boca.
Después, lo pensé mejor. No, no era ella a quien mi boca buscaba. Era agradable, sí, pero mis ojos se detuvieron durante un segundo en otro lugar. Allí también estaba él, apoyado en aquella barandilla. Me miraba de forma extraña también, pero no como los demás.
Debí haberme girado hacia Ella. Decirle: Tenías Razón. Pero no lo hice. 
Simplemente hice lo que todos esperaban que hiciera y lo que yo nunca esperaba hacer: Seguir al corazón.

1 comentario:

Abisha Gry dijo...

La vida te da esas sorpresas, ya ves: de repente un día una se lanza a vivir y hace que lo de seguir al corazón no sea tan descabellado. Me gusta tu insomniorelato...escribe moooooooore!