"Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas"

15 de abril de 2008

¿Dónde te escondes?

"Demorar la justicia es injusticia."


Decapita a su madre y pasea con su cabeza por las calles de Santomera.

Angelo Caretanuto había sido detenido en cuatro ocasiones por maltratar a su madre. Teresa, la víctima, había contactado incluso con los medios de comunicación para que la ayudaran.


La pequeña Mariluz, encontrada al fin, sin vida.

Santiago del Valle, presunto asesino, tiene antecedentes por pederastia, una orden de alejamiento de una estudiante de un instituto de Gijón con la que chateó por Internet durante un tiempo y otra para mantenerse alejado de sus propias hijas.


Pidió una segunda oportunidad sirviéndose de un programa de televisión.

Y tras una segunda negativa, se presentó en su casa y la apuñaló.


Un joven casado abusa y deja medio muerta a la muchacha que trabajaba de limpiadora en su casa.

Y ahora sigue libre, paseando por las calles de Trigueros.


¿Justicia? Pero, ¿eso existe?

No es posible contar con los dedos de las manos las veces que la justicia ha fallado, y ha traído como consecuencia una catástrofe. En múltiples ocasiones, una sentencia equivocada o un castigo demasiado leve ha supuesto la peor consecuencia que pueda suceder: la muerte.

Y no es tan sólo la muerte. Abusos, violaciones, suicidios, estafas.

Hay una frase que dice: "Cuanto más corrupto es el país, menos justicia hay". Sin embargo, ¿estamos hablando de un país corrupto? No lo sé, no puedo adivinar lo que pasa por la mente de nuestros políticos, de nuestros jueces. Pero, evidentemente, justicia hay bastante poca.

Realmente, ¿deben algunos pasar el mal trago de cruzarse por la calle con la persona que asesinó a un familiar? ¿Es necesario que una mujer deba morir para que alguien sea arrestado?

Desde luego, el refrán "mejor prevenir que curar" no se aplica en ningún momento en este país.

¿Dónde está la Justicia? ¿Piensa hacerse cargo de todo esto? ¿Podrá ser capaz de recompensar todo el daño sufrido?

La respuesta, de momento, es bien clara.


12 de abril de 2008

Carta de Manolo García a OT

Esto es ya de hace varios años, pero a mí me da por ponerlo ahora. Quizás estas palabras que veais a continuación os haga pronunciar un suave "Amén", aunque a mí me parecen un tanto exageradas. Pero, sí, yo también dije Amén. Ahí tenéis:



Últimamente estoy realizando el sano ejercicio de alejamiento de lo que la televisión me vende como realidad y actualidad más candente. Y por lo visto se me da demasiado bien, porque hasta ayer no me he enterado de la inclusión de una canción mía, 'Pájaros de barro', en Operación Triunfo. Y no me ha gustado.
"Curiosamente un escritor es dueño de su obra y un arquitecto imagino que también, y hasta las vergonzantes patentes farmaceúticas de los medicamentos contra el SIDA son respetadas. Pero cuando se trata de música, resulta que el autor no es tan dueño de sus canciones".
Conste que he realizado el también sano ejercicio de relativizar y poner en duda la necesidad de hacer pública mi postura. Qué importancia tiene, al fin y al cabo, que esta semana me haya tocado aparecer contra mi voluntad en OT si en ese mismo tiempo van a morir de hambre muchos miles de personas y el Ártico se deshelará más, por ejemplo. Pero creo que callando se entendería que me parece bien, así que muy a mi pesar, me veo obligado a ejercer mi derecho a la disidencia.
Curiosamente un escritor es dueño de su obra y un arquitecto imagino que también, y hasta las vergonzantes patentes farmaceúticas de los medicamentos contra el SIDA son respetadas. Pero cuando se trata de música, resulta que el autor no es tan dueño de sus canciones. No es necesario en principio nuestro permiso para utilizar nuestro trabajo. Siento que sea así y me parece completamente injusto.
En cualquier caso no dudo que OT tenga permiso legal para utilizar mi canción pero desde luego no cuenta con mi aprobación. Y me hubiera gustado que se me preguntara si quería formar parte de este, perdonen pero es lo que a mí me parece, circo. Una cosa es que la ley permita publicar discos con nuevas versiones sin mi autorización y otra muy diferente, creo yo, es que sin yo quererlo me vea incluido en un programa de televisión con cuya filosofía y valores no cumulgo en absoluto.
Un servidor está ya harto de todos esos que nos venden voyeurismo y consiguen tenernos mareados y alejados de cuestiones más serias, más importantes o tan sólo más simpáticas, bonitas o inteligentemente divertidas. Programas que pretenden vendernos un mundo en el que sin internet, móviles o estrambóticos triunfos, no tendremos un coche más grande, una novia más guapa, el móvil más guay para dar envidia a nuestros amigos, etc... O sea, unos fracasados insatisfechos (lo tienen fácil, el sistema es diabólicamente piramidal); convertirnos desde la infancia en consumidores y usuarios, y que no molestemos ni estemos verdaderamente contentos nunca con lo que nos ha tocado en suerte. Eso, los que en este planeta tenemos tele, parece ser que al resto les pueden dar morcilla.
Me cuesta entender...
Me cuesta entender que se puedan llenar mañanas y noches viendo cómo estos chicos (por los que tengo todo el respeto y contra los que no tengo nada, puedo asegurar) hablan con sus abuelitas para contarles que en la Academia se come bien y que sus compañeros son muy simpáticos, mientras que a excelentes músicos de este país con obra propia y un trabajo demostradamente interesante les cueste tanto conseguir dos minutos de nuestra televisión estatal. Me cuesta entender que ocurra y también la capacidad de aguante que tenemos todos.
Claro reflejo del mundo mediático y trivial al que nos abocan, se nos muestran minuciosamente los vacuos avatares de unos alumnos en una supuesta academia donde se les prepara para ser astros. Con todos los respetos, me parece muy fuerte. Creo que no aporta nada al espíritu y a la contra añade caspa a nuestras vidas y supongo que para algunas personas, entre las que me encuentro, potencia alarmantes dudas existenciales. ¿en qué planeta estamos?
"En cualquier caso no dudo que OT tenga permiso legal para utilizar mi canción pero desde luego no cuenta con mi aprobación. Y me hubiera gustado que se me preguntara si quería formar parte de este, perdonen pero es lo que a mí me parece, circo".
No sólo no se buscan maneras nuevas de entender la música, sino que se persiguen descaradamente los clones, la imitación fácil que nada aporta al mundo de la música, de la poesía y la estética; y no digamos ya de la ética. Yo también he imitado y copiado en otro tiempo. Como imita o copia cualquier músico o pintor que empieza. Pero eso no lo he enseñado y menos he pretendido hacer carrera de ello. Y los laureles y dádivas que se reciben en este programa por esta simple función me parecen desmesurados y pasados de vuelta.
No quiero canciones mías en OT
Cuando leo en un periódico que para esta segunda edición de OT se han presentado no sé cuantos mil candidatos, quiero pensar que habrá habido otros no sé cuantos mil que no lo habrán hecho porque no entienden esa vía como la correcta para ser músicos. Eso me tranquiliza. Y como yo, seguro, sería de estos últimos, no quiero que mi canción aparezca en un programa ni en un disco de OT.
Algunos pensarán que lejos de disgustarme debería estar contento con el honor de ser incluido en un programa de éxito y con los derechos de autor que me reportará. Pues no. Y tampoco se trata de que me desagrade que se haga una versión de una canción mía. Que nadie se llame a engaño. Esto no es una versión en un programa de música, es sólo una pieza más en una máquina de hacer churros, o sea dinero, perfectamente orquestada. Eso y sólo eso. Para mí la música es otra cosa.
Me hubiera gustado haber tenido la respetable opción de seguir un camino separado del de Operación Triunfo. De haber podido seguir en silencio. Pero no ha podido ser.


Manolo García, Viernes 8 de Noviembre de 2002

9 de abril de 2008

Mi Blog, ese gran desconocido

Allá por el año 2007, surgió en el interior de la enfermiza mente infantil de una chiquilla la idea de crear una página web. Pobre e ilusa chiquilla.

Hablamos de un caluroso mes de Septiembre. Mientras el resto de jóvenes disfrutaba de sus últimos días de verano, lo pasaban en grande, fumaban, bebían, reían, esa pobre e ilusa chiquilla pasaba las horas frente a una pantalla.

Ella no tenía vida más allá de aquel asiento, de aquella pantalla. No veía más que un fondo en negro y unas letras moradas. Y sus dedos le decían que debía continuar.

Y continuó, sí.

Habló de la vuelta a las clases, de chinos llamados @, de sus aventuras por eso a lo que llaman vida.

Habló de tantas cosas.

¿Y qué pasó con aquella chica?

Se hizo hombre.

Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Ponc... ¿Qué cojones estoy diciendo?

¡NO!


Sí, vale, se hizo hombre, pero ni que se os pase por la cabeza eso de ser crucificado por y para vosotros.

Porque Niña Miedo, además de inmortal, no hará nada por vosotros. Al menos, nada bueno.

Y leer aquí, por mucho que algunas personas digan lo contrario, no es bueno.


Pues bien, como antes enumeraba, hablé de muchas cosas. Sí, hablé. ¡Oh! ¡Yo soy aquella chiquilla! Pero ahora tengo el pelo corto. A lo que íbamos, me gustaría volver a ser como antes, cachondearme de las noticias de la tele (ojo, las no-serias) o hablar de temas formales, cosa más difícil en mí, pero, posible.


Sólo espero, que si hay alguien que aún se pase por aquí, que me visite a menudo y que me ponga una pistola en la sien.

Nada más, os dejo con esto:





Atte: