"Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas"

17 de diciembre de 2009

I'm ready to die for rock'n roll

Siete y veintitres, lo pongo en letras para que sea más glamouroso.
No recuerdo a la hora que me levanté... Creo que fue a la una de la tarde. Y aún estoy viva, sin dormir.
Hoy me he sentido tirando a la basura mis principios, mi lealtad a lo sano, a lo fuera de lo común. Hoy me he sentido como si mi personalidad me abandonara y me convirtiera en otro de esos robots. Autómatas, sin alma, sin pensamiento, cuyo único objetivo es pasarlo bien de extrañas maneras.
Hoy ha sido la fiesta de Navidad en mi residencia. Ir a la cena con un vestido, peinada y maquillada ya era algo fuera de lo normal. Pero aún fui más allá. He convivido con ellos.
¿Cuántos grados haría? Juraría que llegaban a ser negativos. Frío, neblina y una bolsa con cubitos de hielo en la mano.
Botellón. No sé ni siquiera cómo llegué hasta allí. Y me había jurado a mí misma beber solamente coca cola. Al parecer, era la noche de las traiciones a mí misma.
Personas vacías, que beben para divertirse, olvidar o no sé qué pollada de esas. Y a mí, de mientras, se me suben a la cabeza cuatro copas que no sé cómo tomé. Me inundaba la tristeza, estaba sola, en un mundo que no era el mío. Triste y tristemente vacía.
¿Sentirán ellos todo esto? Cada persona es compleja a su manera, pero cuando los ves a todos, fumando, bebiendo y meando en la rueda de un coche te preguntas demasiadas cosas. La más importante: ¿Yo qué hago aquí?
Lo siento, pero no quiero volver. Sonreír cuando no quieres hacerlo es difícil y a mí no me gusta esforzarme. No me divierte tambalearme, medio caerme al suelo, reír por tonterías y, lo peor, enrollarme con el primero que pasa.
No hay nada en vuestro interior. Sólo buscais la diversión y el placer. ¿Es que no hay nada más? Hay muchos sentimientos que pareceis olvidar.
Discoteca. Horrible experiencia, peor aún que todo esto. Los zapatos ya me estaban mordiendo los pies, pero yo tenía que bailar sin parar, al son de una música que era siempre la misma, golpes sin compasión a los oídos, que bien me agradecerían una música más adecuada para mí.
Y luego... estaban ellas. Con ellos. Creo que no podía dar un paso sin tropezar con un infiel. Por todas partes, el paisaje era el mismo. Las parejas se rompen sin darse cuenta, se crean manchas negras en su historial supuestamente perfecto.
Ahora, cuando lo he vivido, comprendo la razón que tenías tú al molestarte porque fuera. Todos están podridos por dentro.
Lo siento mucho, pero no voy a volver a traicionarme. Me gusta sonreír cuando realmente quiero hacerlo, no para no ser una sosa y aburrida chica que se divierte mucho más sentándose en un sofá y manteniendo una charla con quien sea, sobre lo que sea. ¿Por qué hacía falta todo esto? ¿Es que hemos perdido los valores? ¿La inteligencia?
Que alguien me lleve lejos de aquí, al mundo que podríamos crear.
El vuestro me decepciona.





















16 de diciembre de 2009

¿A dónde van?

Abrí los ojos un día y contemplé el cielo azul, alto y distante.
Al Dios que siempre rezaba, quise preguntarle muchas cosas, pero por temor a la herejía, me callaba y las guardaba para mí.
¿Dónde están las noches sin dormir?
¿Se esconden en algún lugar los amores que dejaron de existir?
¿A dónde van los hijos que nunca nacen?
¿Se irán los míos también si no lo hacen?
¿Qué ha sido de los sueños sin cumplir?
¿De los gritos que callamos, de la furia que dormí?
Dime, Dios, bondadoso y bueno, ¿qué ocurre con el sufrimiento? ¿Debemos aceptarlo porque es ley de vida? ¿porque la muerte es sólo una elección que tomaste? ¿porque tomamos la fruta equivocada?
¿Dónde están los recuerdos que nadie quiso recordar?
¿Se tatúa en nuestra piel el alma de una mujer?
¿Qué ocurrió con los príncipes que no fueron reyes?
¿Alguien no olvidó a los que lucharon por ganar?
Dime, Dios, ¿por qué la guerra? ¿por qué la paz? ¿por qué gritar? ¿por qué callar? ¿por qué no justicia? ¿qué ha sido de la honestidad? ¿A dónde van las cosas buenas, a dónde las malas irán? Si todos sufrimos lo mismo, si todos no vivimos igual.
¿A dónde van los que merecen la vida, los que merecen la muerte?
¿A dónde van los hombres que olvidamos reclutar en nuestro ejército de entes imposibles de pensar?






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2 de diciembre de 2009

Es la primera vez que conduzco con un mono con una ballesta

Dejando a un lado los anuncios de nuestra "infancia", he de decir que no es la primera vez que escribo bajo amenaza. Parece mentira que para los cuatro gatos que me siguen, alguien haga que mi vida corra peligro y todo. Cosas que pasan.
Como no tengo, para variar, un tema del que hablar, he decidido basarme en una noticia que acabo de leer. ¿Voy a hablar de lo triste que me resulta que, no un solo loco enfermo, sino muchos locos enfermos busquen información en google sobre los ministros Salgado, Blanco y la otra? ¿lo que me sorprende que Kiko, un "hombre" cuyo único logro ha sido follar delante de una cámara pero debajo de una sábana, tenga un blog y participe en Tele5? ¿Que a Michael Jackson le pase como a cualquier persona, y movilice a más gente estando muerto? NO.
Yo, como voy a lo que menos interesa, hablaré de Tuenti.
Me siento un poco estúpida al tener que criticar esto, ya que yo misma cuento con mi propio tuenti, pero me encanta automutilarme, soy como el malo-marioneta de Hellboy.
Bien, mi primer contacto con Tuenti se llevó a cabo cuando empecé con mi novio (al que le debo un post cuyo título será "Por qué creo que mi novio es homosexual"), pues cada dos por tres me decía que haber si me hacía un tuenti, que contactas con mucha gente, blablabla.
Luego llegaron las compañeras de clase. "¿Habeis visto la foto que ha colgado en el tuenti fulanita? Yo me he desetiquetado, salgo horrible". Eres horrible, querida, pero eso no importa. "¡Me encanta la foto que subiste ayer!" "¿sí? uy, pues voy a etiquetarte"
Etiqueta por aquí, desetiqueta por allá, sentía que tuenti era algo así como una vendedora y su maquinita de poner etiquetas a los artículos. Qué gran léxico tengo, hoygan.
Al final, me decidí por hacerme un tuenti. Venga, vale, no puede ser para tanto.
Tuenti es, a grandes rasgos, la misma galería de fotos que tienes en tu carpeta "Fotos", pero con el extra de que así la gente puede verla, decirte lo guapo que sales o mirar tu tuenti cuando está con los amigos y reírse de tu jeta. Yo odio las fotos, principalmente porque me muestran como soy, y para eso ya tengo los espejos rotos, pero aún así, allí estaba yo, subiendo fotos. Lo gracioso es que subía fotos con gente de clase a la que ni siquiera les dirigía la palabra o que, en mi fuero interno, como dice la de Crepúsculo (lamentablemente también he mandado a la mierda mis valores morales que rechazaban leer ese libro), odiaba a muerte.
A veces llegaba a subir 30 fotos en las que yo ni siquiera salía. Cosas de ser la única que se llevaba a clase la cámara de fotos. Todas putas.
Iba pasando el tiempo, y entonces me di cuenta de que sí que te reencontrabas con la gente. Mis enemigos de la infancia (tengo enemigos en todas las etapas de mi vida, y es posible que cada día meto a uno más en la lista) contaban cada uno de ellos con un tuenti y, lo más gracioso, después de haberse llevado desde los cinco hasta los once años jodiéndome, me mandaban una petición de amistad con una única palabra: olaa!!
Al cabo de pocos días, descubrí que es la palabra clave para agregar a la gente.
Pero, tuenti no es más que eso, compartir fotos con todo el mundo y reencontrarte con la gente. Pero, ¿qué tiene Tuenti que no tenga Fotolog? Supongo que el número ilimitado de fotos al día. Por lo demás, no tiene nada que sea tan especial.
Sin embargo, ahí tenemos a la juventud de hoy en día (y no tan juventud). En cuanto tienen la oportunidad de conectarse a internet, tuenti. Es increíble pasar por la biblioteca de la Facultad y descubrir que TODO EL MUNDO está mirando su tuenti. Por no hablar de las cuatro salas de informática. TODO es TUENTI.
Menuda obsesión por una red social. Ni siquiera Facebook, que anda más o menos igual, llega a tanto.
No me extraña que ya se hayan eliminado las frases para ligar ("¿Estudias o trabajas?" "¿tienes fuego?" "Perdona, ¿tienes hora?" "¿tienes novio? no importa, no soy celoso", "¿pato o pingüino?" etc.) y todas hayan sido sustituidas por: ¿Tienes tuenti?
¿A dónde nos lleva todo esto? No quisiera ponerme catastrófica, pero no nos estamos dando cuenta de que esta obsesión por las redes sociales tampoco es tan buena. Sí, puedes que tengas mucha vida social en la red, que hayas tenido 100000000 visitas a tu perfil, pero... ¿no hay vida más allá de la pantalla? Hombre, vale, tienes que salir a la calle para seguir haciéndote fotos y poder subirlas a tuenti. Ahí me han pillado, la verdad. Pero, realmente hay personas que se hacen fotos en su casa (no olvidemos las típicas fotos-wc, en las que siempre sale el báter por detrás o, en su defecto, un rollo de papel higiénico) y con eso les basta para seguir viciando a tuenti.
Señoras y señores, salgan a la calle, aunque haga frío. Pero, sobre todo, no se olviden de estudiar, trabajar, o lo que sea que hagan. A veces hablar con alguien, es más bonito que escribir.

Ahora, después de no haber llegado a ninguna parte, os dejo con un vídeo la mar de mono.

Me doy por blogueada hasta dentro de... a saber cuánto.






Atte:




El Milagro se ha sucedido, tengo firma.






PD: La próxima, será más interesante, lo prometo. ¡No me abandoneis!