La conocí en un bar, hace ya
muchos años. Entre el barullo de conversaciones y risas, se colaba la letra de
una canción. You
know I've seen a lot of what the world can do. Cat
Stevens entremezclaba su voz con las de los allí presentes, como uno más,
dentro del bar. En cuanto a mí, había quedado con unos amigos en una noche como
otra cualquiera. Ella, por su parte, tarareaba el estribillo de la canción con
una sonrisa en los labios y parecía totalmente ajena al corazón roto del
protagonista.
Una amiga de un amigo, al
principio no fue más que eso. Una cortés presentación, una conversación
irrelevante y la promesa de volver a quedar en una nueva noche como otra
cualquiera. I hope you make a lot of nice friends out there. Palabras,
sólo palabras que no llevaban a ninguna parte. A qué te dedicas, a dónde te
gustaría viajar, familia en la península…
La noche terminó como pensé que terminaría mi conversación con aquella
chica: irremediablemente.
Pero pasados unos meses volví a
verla. Charlar con ella se convertía en mi nicotina. Era divertido volver a
quedar en el mismo bar de siempre y que, de vez en cuando, Cat Stevens volviera
a cantar para nosotros desde la lejanía de los altavoces. It's hard to get
by just upon a smile.
Finalmente, toda barrera se desmoronaba y confesábamos un amor lleno de sueños
e ilusiones.
La vida dio muchos regalos y, de
vez en cuando, también los quitaba. Formar una familia siempre ha sido duro,
trabajoso y difícil, pero cuando la ves formada sabes que no hay mayor
recompensa. La historia también te sorprende. Hemos pasado un poco de todo.
Hemos vivido el inicio de la Democracia, esa que ahora tantos, entre los cuales
me encuentro, consideran una gran mentira, la idea deteriorada de algo que
antes fue muy grande. Hemos vivido este bipartidismo que no parece acabarse
nunca, hemos visto cada día cómo hemos pasado de las manos de uno a las manos
de otro. Dos que fingen ser muy distintos y en realidad están en el mismo
equipo de juego.
Cuando decides mirar atrás para repasarlo
todo, te das cuenta de que ya no eres quien fuiste y que, a pesar de que la
esencia perdure, no volverás a ser quien eres hoy. ¿Deberíamos obviar el
aspecto físico a la hora de hablar de cambios? I'll always remember you like a
child, girl. Sí,
las arrugas nos marcan ya y el pelo blanco no tiene por qué ser un signo de
sabiduría. Pero si algo sé de la vida es que está muy jodido lo de sobrevivir a
ella. Después de todo, en ello consiste. Nacemos, crecemos, una noche como otra
cualquiera nos enamoramos, decidimos formar una familia y, finalmente, pasamos
la antorcha a la siguiente generación.
Hoy me pregunto, ¿se ha apagado
la llama? Pues, ¿qué futuro les espera a los míos, a aquellos que hoy dejo
aquí? Mis hijos, su trabajo, sus propios hijos. Mis nietos, ¿qué vida tendrán?
¿Serán felices? En un mundo así ahora me parece demasiado complicado. Despidos,
paro, deudas, banco… Ah, el banco. Ese demonio rapiñador que nos convence de
que nuestra vida estará mucho mejor en sus manos. Y así es como hoy se encuentra
la mía. Esta vida que tantos años me ha llevado construir se desmorona, se me
escapa entre los dedos como si fuera agua que no puedo retener.
Una vida de noches como otras
cualesquiera, una vida dedicada al trabajo, a los míos, a buscar la felicidad
donde quiera que se encuentre. Una vida que hoy entrego en forma de protesta.
La entrego para que esta situación termine de una vez por todas, para que
aquellos que están arriba del todo se den cuenta de que no somos esa
estadística que ellos piensan. No somos un número de votos, no somos un tanto
por ciento. Somos personas, hombres y mujeres que viven, que sueñan, que forman
familias y que contemplan, con impotencia, cómo esas familias son destruidas
por un ente que está por encima de todo: El dinero.
Y es que vivimos en un mundo
imposible, donde no hay cabida para los sueños, para el amor para el futuro,
para los niños, para la salud, para la verdad. Un mundo que hoy abandono junto
a ella porque alguien nos ha negado tener un lugar donde amarnos. Un mundo en
el que los que tienen más han decidido negarnos la vida.
Oh, baby, baby, it's a wild world.
Pareja española se suicida por orden de desahucio
Matrimonio explica que
optó por matarse debido a la pérdida de su casa
El Parlamento abre un
debate para modificar legislación sobre los desalojos
Madrid. AP
y AFP. Una
pareja de españoles jubilados tomó ayer la decisión de suicidarse tras recibir
una orden de desahucio de su domicilio por impago bancario, justo el mismo día
en que el Parlamento debate una iniciativa popular para modificar la ley
hipotecaria, según informó la Guardia Civil.
El matrimonio fallecido era un hombre y una
mujer de 68 y 67 años de edad, respectivamente. Un hijo de la pareja encontró
los cuerpos en su apartamento de Calviá, en las islas Baleares.