El miércoles 19 pareció que todo el mundo había cambiado de planes. Melkor, Yari, Lorkaz, Kami... Ahora ninguno parecía dispuesto a situarse frente a mí. Y esto supondría dos cosas. La primera, que me aburriría mortalmente en Madrid. La segunda, que... buff... es difícil de decir... En resumen, que como estaría todo el tiempo con mis padres... tendría que llevar... ROPA DECENTE. Por lo tanto, vacié toda mi maleta, repelta de camisetas de Iron Maiden, Metallica y Pantera (y eso que sólo iba para tres días) y las dos sudaderas de Boikot (la ya tan conocida por Zafra xD) y la de Rhapsody. Mi maleta se llenó casi como sola (mi madre puso de su parte) de pantalones de pitillo, camisas, camisetas y abrigos decentes. Eso sí, por supuestísimo, todo negro. Menos, quizá, la falda de las flores que podéis ver en mi fotolog... Falda de la cual me acuerdaré toda mi vida, pues no pase ni frío en la capital del reino.
Jueves 20, siete de la mañana.
- Niña, levántate ya...
- Ñah...
- Venga...
- Bah...
- Niña...
- Oye, mamá... ¿te has dado cuenta de que todas las mañanas empezamos igual? Esto es una fea costumbre que no me gusta. Además, antes podía contársela a mis amigos y les hacía gracia... Pero, viendo que esto se ha vuelto tan repetitivo... es que no merece ni aparecer en mi fotolog...
- ... Que te vayas vistiendo, coño
Y así comenzó mi tormento.
Antes de seguir, aclararé varias cosas: Con nosotros (mis padres y yo), vino un matrimonio amigo de mis padres. Este matrimonio es de Lepe, sí, donde los chistes malos. Por suerte, no es el mismo matrimonio con el hijo de ocho años que intentó (¿Intentó? Yo diría casi lo consigue) violarme.
Bien, sigamos.
Una vez cargadas las maletas en el coche, nos ponemos en marcha. Todos en un mismo coche. Y a mí encima me toca en medio, cómo no. Y ahora, la escena de la radio:
Mi padre: Rafa, pon música en la radio, que a la niña le gusta escuchar música
Rafael (el tío este del matrimonio, leñe): Vale, vale
Mi padre: Pon los cuarenta principales, que es lo que le gusta
Rafael: No, voy a poner algo mejor...
Yo: ... Si yo me conformo con...
Rafael: Que no, que ya verás que esto te gusta...
*Y empieza a sonar Reketón*
Rafael: ¿Qué? ¿A que he acertado?
Yo: ... Oh, sí, por supuesto... me encaaaaaanta esta múuuuuusica...
Mi madre: No, Rafa, que a ella estas cosas no le gustan...
Rafael: Ah, bueno, pues pongo otra cosa que sí que le gustará
*Y pone RadioOlé*
Yo: ... estoy en extasis (sí, extasis, no éxtasis)
Y ahora todo el puto camino hasta Sevilla escuchando sevillanas.
Una vez en Sevilla, en cinco minutos mi padre se fumó 10 cigarros. Y no es coña.
Durante el viaje en el AVE, que, por cierto, no me lo esperaba así, me lo esperaba más... no sé... más AVE, estuve todo el tiempo escuchando Unia en el mp4... Recordadme que mate a Drallow. Encima, me tocó sentarme con un tío que no conocía de nada, así que estuve también todo el rato mirando por la ventana. Acabé con un tremendo dolor de cuello.
Al llegar a Atocha, contemplo mi alrededor.
- Pues... Es grande...
Mi padre: ... Sí... Hay más gente aquí que en el pueblo, ¿eh?
Mi madre: ¿Os ha costado mucho ambas deducciones?
- Buff... No veashhh
Mi padre: Pues ahora busquemos la salida...
- Creo que es por ahí...
Mi padre: ¿Y tú qué sabrás?
- Hombre, ahí pone un cartelito con una flechita que pone: Salida a la ca...
Mi padre: Que no, que no es por ahí, seguirme (sí, seguirme, me da mucho coraje, pero la gente lo dice así)
- Mamá...
Mi madre: Déjale, tú ya sabes como es... En cinco minutos, se dará cuenta de que es por ahí...
Tras media hora...
Mi padre: ¿Veis? ¡Sabía que era por aquí!
- Papá, hace un buen rato que te dije...
Mi madre: Calla, déjale...
- ... ¬_¬u
Y tras otro rato pidiendo un taxi, que a mi madre casi le atropella uno ô_o, nos disponemos a dirigirnos al hotel.
El hotel no es otro que el Occidental Miguel Ángel, situado en la calle de la cual lleva el nombre, a su vez, en el Paseo de la Castellana. Es uno de cinco estrellas, pero yo no le daba ni una. Aquí lo tenéis, por si os interesa:
http://www.miguelangelhotel.com/hotel_miguel_angel_madrid.phpEncontré pelos en el baño, por cierto. Y sé que no eran míos. Eran demasiado largos.
Y el aire acondicionado no había quien lo parara. Ni quitando la tarjetita para que se cortara la electricidad.
Y el restaurante era muy cutre.
Y una japonesa se puso a preguntarle a mi madre si había visto su cámara de fotos. Aquello fue un show. Al final, por pena, le hablé yo a la japonesa, porque la conversación español/andaluz-japonés se hizo demasiado larga.
En cuanto a sitios visitados... El famoso restaurante de Lucio, que, por cierto, era una porquería. Los famosos "Huevos Estrellados" no son más que huevo frito con patatas. También me tuve que tragar una procesión (una mujer salió a cantar una saeta), fuí a la Vaguada y a un restaurante gallego (cómo no...). Y el tiempo que pude librarme de mis padres, estuve por la calle Preciados, comprando, y fuí también a Teatro Príncipe, a ver "Por los pelos", donde sale Loles León y mi amado Alex O'Dogherty, entre otros. Buena obra, sí señor. Me encantó. Además, según lo que vote el público, hay un final u otro.
Y no mucho más que contar. Madrid es cara. Muy cara. Pero eso no significa que me haya arrepentido. Acabaré viviendo allí. Aunque sea sólo durante la carrera.
Se despide:
Niña Miedo, que sigue sin firma.
