"Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas"

3 de junio de 2012

Sevilla se pone pañales

Andaba yo pensando en volver a escribir en mi blog. Ignoro exactamente el por qué de tal pensamiento, después de todo esto está más hundido que España, pero ya que estamos en ello, acabemos lo que hemos empezado.
Hoy os voy a hablar de un hecho curioso que se ha dado en Sevilla, la ciudad en la que estudio y de cuya universidad ya os he hablado anteriormente.

Cuando llegué a Sevilla, me vi maravillada por su belleza, su color, su alegría y su gente, su comida, su calor...  Sin embargo, hubo algo que no me maravilló demasiado (más bien todo lo contrario): Su olor.
Y es que Sevilla huele a mierda de caballo. No importa por donde vaya, no importa si estoy paseando por la Avenida del Cid o yendo a ver la Catedral, Sevilla tiene un olor especial, cambiando un poco la  letra de la canción.
Por suerte, después de tanto tiempo, el Ayuntamiento ha decidido financiar unos “pañales” para los animales que llevan de paseo a los turistas. (Pequeño paréntesis: Me pregunto si esto tendrá algo que ver con aquel día que llegaron a mi facultad con una pancarta en blanco por motivos de campaña electoral. Nos pidieron a los estudiantes que escribiéramos en la pancarta medidas que deberían llevarse a cabo para mejorar la ciudad. Yo escribí "Que Sevilla deje de oler a mierda de caballo". Lo mismo he provocado una auténtica revolución caballuna o le he salvado la vida a los alérgicos a excremento de caballo y ni me he enterado)
La medida se ha hecho obligatoria desde el día 1 de junio. Los caballos llevarán una "bolsa de excrementos”, un dispositivo colocado entre sus cuartos traseros y la parte delantera del vehículo.
Este dispositivo tiene forma cuadrangular  y apenas se ve. Además, es fácilmente manipulable por los cocheros, que podrán vaciarlo y limpiarlo después de cada uso.
Con una preocupación menos, podemos respirar tranquilos, sin tener que ir por la calle sorteando excrementos...
... Bueno... Lo cierto es que nos queda algo pendiente. Después de todo, hay algunos que, con perdón, se nos mean encima sin ni siquiera decirnos que va a llover. Claro que ponerle pañales a nuestros políticos quizás no quede tan elegante.

No hay comentarios: