"Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas"

24 de octubre de 2011

Bienvenidos a la Universidad de Sevilla

Quizás se deba a que acabo de quedarme sin Internet, a que aún me queden tres horas más en esta asquerosa facultad, o a que, simplemente, mi existencia no tiene sentido si no soy un auténtico incordio.
Pensaba realizar una entrada-denuncia por la escasez de justicia en nuestro país. Sin embargo, recuerdo que hace tiempo ya llevé a cabo algo de eso. Es una lástima que desde entonces no hayamos avanzado nada. Pero, no, no voy a hablar de eso. Después de todo, no soy una persona seria, no me podéis pedir entradas serias. Sí es cierto que se me da bien quejarme, así que uniendo ambas cosas voy a hacer una queja no seria, pero una queja necesaria.
Me toca hablar de nuevo de la universidad, pero de otra forma mucho más seria, pero sin ser seria. Voy a hablar de la incompetencia de la Universidad Pública.


Primero quiero que tengáis en cuenta que formo parte de la respetada institución que supone la Universidad de Sevilla, pero como soy estudiante me voy a pasar el respeto por el mismo. Y es que esta universidad no merece más que un escupitajo en un ojo, o así sería si en lugar de una universidad fuera una persona.

Fotografía de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla

Empezaremos por la economía, que es lo que más nos importa ahora, en estos momentos de crisis. La mayoría de nosotros elegimos la universidad pública porque no podemos pagarnos (más bien nuestros padres no pueden permitírselo) una universidad privada. Pensamos que al ser pública nos encontraremos con precios accesibles para cada uno de nosotros, permitiéndole a cualquier joven e inexperto el acceso a una educación en condiciones.
Grave error, señores. Cada año, la matrícula nos sale aún más cara que el anterior (por mucho que hayamos pasado limpios al siguiente curso y creamos que tendremos pocos créditos que pagar), todos rezan por obtener la beca del ministerio, la gente intenta no matricularse de alguna asignatura para poder seguir pagando… ¿Qué ocurre si no te dan beca? ¿Qué pasa si el dinero no te llega para una educación que debería estar al alcance de todos? No tenemos dónde trabajar, pero tampoco nos dejan estudiar.
“Al menos,” piensan algunos inocentes “todo el dinero que me quitan lo emplearán adecuadamente”. Sí, seguramente te encuentres con profesores muy cualificados, con materiales didácticos en buenas condiciones y un aula limpia y ordenada. No debería hablar demasiado de los profesores, por si acaso alguno leyera todo esto (¿a quién pretendo engañar? Si nadie me lee, ¿por qué iba a hacerlo un profesor?), pero me gusta el riesgo:
En la Universidad de Sevilla encontramos un elenco de profesores de lo más curioso: Desde un convicto a un profesor que habla solo y le pone sonidos extraños a las diapositivas de clase. En esta universidad a veces parece que no hay profesionalidad ninguna: profesores que van a las clases cuando les plazca, otros que no se aclaran con el programa de su asignatura (que pueden llevar años impartiéndola), y unos pocos que, simplemente, no existen o no tienen ganas de venir a trabajar. ¿Y qué me decís de esos profesores que ignoran el temario o no han querido preparárselo? Una hora y media (como mínimo) escuchando chorradas sobre su vida, su experiencia laboral, el éxito que ha tenido en su trabajo y lo poco a lo que podemos aspirar nosotros. Así nos motivan muchísimo.
A veces pienso que la única que cobra un sueldo en condiciones tiene que ser la limpiadora, porque es la única que se toma su trabajo totalmente en serio. SIEMPRE, repito, SIEMPRE está limpiando el cuarto de baño que tengo más cerca. Casualidad, destino o ganas de joderme la vida, la señora de la limpieza  todo lo limpia. Todo lo limpia, menos mi aula. Hay una cúmulo de pelusas en una esquina que lleva ahí un mes (porque es el tiempo que llevo viniendo a clase, esperemos a ver hasta cuándo se queda ahí… o desde cuándo está).
Pero no pasa nada, eso no tiene la más mínima importancia en comparación con otros problemas que podemos ver en la universidad: los horarios. Grupos de distintas asignaturas que se pisan entre sí, optativas sin plazas suficientes, un solo turno de mañana, profesores que tienen que aprender a hacer la técnica de multiplicación para poder asistir a todos los grupos en los que imparten clase (por no hablar de los alumnos, que se tienen que quebrar la cabeza a la hora de organizarse con el horario).
Y, ¿qué decir de la realización de la matrícula? Automatrícula, más bien. Porque a nosotros nos toca hacer la matrícula por internet, porque todo el mundo tiene ordenador e Internet hoy en día en su casa. ¿El sistema de acceso a la Automatrícula? Va cambiado según les va apeteciendo a los cabecillas de  esta respetada institución. Cada año toca un sistema distinto. En mi primer año, fue por libre albedrío, “maricón el último” como dicen algunos; en segundo fue por la letra de DNI. Hicieron un mágico sorteo en el que salió la letra ‘A’ como la primera en acceder a dicha Automatrícula; en tercero decidieron ponerlo por nota. Y así consiguen que todos intentemos matar para tener clase por la mañana. ¿Y consiguen que saquemos mejor nota para que el año que viene seamos los primeros? Pues no sé, porque seguro que para el año que viene se les ocurre un método distinto.
En definitiva, mejor trabajar en las fresas.
Y me voy por ahí, en busca de una entrada mejor.

2 comentarios:

Carlos L. Hernando dijo...

Corroboro que en Madrid, la situación es semejante. Incluso peor, porque con eso de que la Complutense tiene renombre, tienen el ego más subido.

Unknown dijo...

En Canarias el rollo es similar sólo que la mayoría tenemos que desplazarnos a otra isla para estudiar sin ningún apoyo de la isla de origen y con muuuuuchas pegas. Y con profesores con el modo funcionario on y que te repiten lo contrario que en la Complu, "en Canarias somos una mierda" desde el año 1 hasta que acabas.

Mola este blog. Molaría que postearas más amenudo [látigo, látigo] xDD